Rincón literario

Una de nuestras asociadas , María Jiménez Rodriguez, nos hace llegar estas letras para compartirlas, esperamos que os gusten y os animen a publicar vuestros escritos.

MI EXTREMADURA

Mi Extremadura callada, mi Extremadura serena, mi Extremadura, tranquila y mi Extremadura inquieta.
Esa Extremadura noble esa Extremadura negra esa Extremadura blanca, verde Extremadura recia.
Suena tu voz en el tiempo con zambomba y pandereta el folclore de sus mozas que siguen la trascendencia de refajos y mantones que les dejaron de herencia.
Ese contraste que tienes de color y cosas buenas, de encinas y de olivares de alcornoques y chumberas.
Eres dulce Extremadura de miel de jara y adelfas, amarga mi Extremadura de retama y tierra seca que van regando los ríos de Guadiana y de Ruecas.
Esa Extremadura grande esa Extremadura nuestra.
Tus hijos están regados por los pueblos de la tierra, para dejar nuestro afán, para dejar nuestras huellas, de trabajo y de sudor, de raza noble y serena, raza de conquistadores, de gente fuerte y dispuesta.
Lucharon hasta morir besando, su sangre en tierra.


Porque lloran las mujeres

Estas llorando mujer, quién ha anulado tu vida, si eres una luchadora,

El hombre que solo mira, no aceptar nuestra victoria.
Escribe con letras grande y pon tu nombre debajo,
Que se enteren de una vez, que somos seres humanos,
Que tenemos libertad, que ya no estamos soñando.
Con toda mi dignidad, y como humilde persona,
En mi corazón se enrosca, una impotencia muy honda.

Si por culpa de un mal hombre una pobre mujer llora.

Si tu supieras pensar, machista de boca grande,
Que hubiera sido de ti si no fuese por tu madre.
Una mujer te paría, con dolor y con cariño.
Todavía estas a tiempo, acuérdate de tus hijos.

Esperemos que muy pronto tengamos tardes serenas, las mujeres maltratadas, que las corten las cadenas.

Ellos con el hacha en alto, siguen causando tragedias.
Que amanezca un nuevo día, que se rasguen las conciencias.

De justicia y de poderes, que no lloren las mujeres,
Que castiguen a sus fieras, que no causen más dolor, y que ejecuten sentencias.
Bajo el cielo gris temblad, como madres como esposa,
Con cariño con caricias pero fuertes como rocas,
Con coraje y decisión, reivindiquemos muy fuerte,
Por haber nacido mujer que no sea un horror la muerte.

LA VIRGEN DE GUADALUPE

La suerte que yo he tenido de haber nacido extremeña y tener la morenita de patrona y como reina.

Un día me pareció que me cogiste la mano y no puedo asegurar si fue sueño o realidad, pero yo en mi corazón te tengo hecho un altar.

Cuando voy a visitarte me transformo y me renuevo, se me llena el corazón, de sentimientos más buenos.

Cuando voy a visitarte, yo quiero ir despacito, para poder disfrutar de las cosas del camino.

Si pasas por un trigal y miras las amapolas, con el oro y con el rojo, yo te haría una corona,
si ya dejas el trigal y miras a las Villuercas, con la sierra te haría un manto, lo adornaría, con estrellas y te haría una carroza con el roció y con la escarcha, tirada por mariposas y por palomas muy blancas, de camafeo te pondría, el lucerito del alba, y a tu niño le daría, mi corazón y mi vida, mi esperanza y mi fe.

Es el tesoro que tengo, y te lo pongo a tus pies. Con todos estos regalos, quiero hacerte un trono nuevo, tenerte en mí corazón, llevarte siempre muy dentro, porque no eres español ni eres un buen extremeño, si tu no llevas la virgen de Guadalupe en el pecho.

Cuando sigues el camino y ves la flor de la jara, el tomillo, la retama y las flores del espino, las moras y los madroños, el castaño, los helechos, el arrayán y el romero, yo todo quiero cogerlo para hacerte un ramo grande, para que tú me lo cambies por cosas más importantes, para poder ayudar, para poder consolar, para poder regalar.

Eres una morenita, de bronce y de coral, pero tienes una luz, que nos llega a los demás.
Yo te llevé a mis hijos, a pasarlos por tu manto y así ando mi camino, con la fe que tú me has dado.
También me tiendes tu mano para ayudarme a subir, la cuesta de este camino, tan difícil de seguir.
Cuando llegas al lugar, hay revuelos de palomas, te vuelan las mariposas, en el ambiente hay aromas, y es que huele a Extremadura, porque allí esta su patrona. Blanco, verde y negro son, los colores extremeños y yo los defenderé, hasta que no tenga aliento.

María Jiménez Rodríguez